10 cosas de las que no trata el cristianismo: X Morir para ir al Cielo

La idea es simple, crees en Jesús para que al morir vayas al Cielo. Muchas veces se ha visto ese como el mensaje central del evangelio y a decir verdad está muy alejado de lo que Jesús decía del Cielo. Jesús siempre, según registran los evangelistas, habló del Reino de los Cielos, no del lugar después de la vida, llamado Cielo. Y esto es porque Jesús vino a traer un mensaje simple y claro, el Reino de los cielos se vive aquí, se vive ahora. El Reino de los Cielos es acción, no es un lugar.

Esta idea destruye por completo la percepción enunciada al principio. Cuando por muchos años, el cristianismo ha dicho que la finalidad de la fe en Jesús es poder ir al Cielo una vez que estemos muertos, ha perdido gran parte del mensaje central de Jesús.

Lo que Jesús vino a decir y enseñar es un mensaje efectivo y eficaz, es un mensaje transformador para el momento que cada individuo, sea cual sea su temporalidad y su espacio, esté viviendo. El mensaje del Reino de los Cielos no es un mensaje que nos deje a la deriva hasta el momento de la muerte terrenal, es un mensaje que cobra vida cada vez que una persona decide hacerlo real. De eso se trata el evangelio, de restaurar la perfección edénica en la vida de cada persona, aquí y ahora.

El Cielo es dondequiera, es todas partes, es cualquiera.

Cuando se presume que el Cielo es un lugar al que uno va cuando muere y sólo eso se está negando el centro del mensaje de Jesús, pues Él instruyó acerca de una manera de vivir, de una manera de hacer las cosas, Él nos enseñó una cosmovisión a la que repetidas veces llamó Reino de los Cielos, cada vez que enseñaba acerca de esto comenzaba diciendo “El Reino de los Cielos es como…” y nos enseñaba a través de parábolas una manera de actuar, de hacer, de pensar.

Entonces el Cielo del que Jesús hablaba es un constante hacer aquí y ahora, es un mensaje eficaz que comienza a actuar en el momento en que nosotros lo decidimos y comenzamos a ser Iglesia, a hacer Reino.

Tener como meta ver y conocer lo eterno hasta la muerte es una posición paralizadora que desvirtúa el verdadero significado de Cielo pues como hemos mencionado, se trata de acción y no de inacción; si me siento toda la vida a esperar y esperar y nunca hago y nunca digo y nuca busco y nunca propongo, mi cosmovisión es muy pobre y para nada estaré acercándome a eso que Jesús enseñaba diciendo “El Reino de los Cielos es como…”, de otra manera hubiera enseñado “El Reino de los Cielos va a ser como…”.

Esperar y no hacer es una de las principales causas por las que el cristianismo ha caído en los nueve puntos expuestos anteriormente, por esperar la Iglesia ha dejado de ser lo que debe ser, por esperar el cristiano ha dejado de ser lo que se supone debe ser, por eso nuestra relevancia en la cultura como Iglesia está en el lugar en el que está.

El cristianismo definitivamente no se trata de esperar a morir para ir al Cielo, el cristianismo se trata de vivir, proponer, actuar para ver el Cielo, para que otros lo vean, para ver como ya lo habíamos dicho, el Cielo sobre Tierra.

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