La glesia cristiana se ha enfocado en sí misma y no en la cultura a la que debe influenciar, se ha quedado en el «ser cristianos» y no en ser agentes de cambio; estos segundos, creo yo son los que entienden el mensaje de Jesús y su cultura, todo lo del Cielo y los principios eternos; y los primeros son simplemente eso, buenos cristianos.
Cuando nos topamos con la eternidad de Dios, nada de lo que éramos antes de ese momento sigue vigente, ni siquiera si alcanzáramos a reunir toda la experiencia y el valor que hemos acumulado puede mantenerse frente a la perfección de la experiencia y el valor eternos.
“El reino de los cielos es como un tesoro escondido en un campo. Cuando un hombre lo descubrió, lo volvió a esconder, y lleno de alegría fue y vendió todo lo que tenía y compró ese campo”
La tercera historia que Jesús contó sobre cómo es el reino de los cielos habla de una característica muy particular de la cultura eterna y es la capacidad de hace crecer, de transformar, de esparcirse y convertir las cosas simples en cosas de provecho.
«Hay que mantenernos humildes mientras crecemos para servir a otros.»
«No se trata de aparentar que nos interesa, sino de que realmente nos interese.»
Cuando dejamos de preocuparnos por lo externo, por lo superfluo, y comenzamos a enfocarnos en lo interno, en que nuestro corazón sea como el de Dios y albergue lo eterno, entonces no hay cupo para otra cosa y comenzamos a producir lo externo, lo que se ve y lo que manifiesta ese Reino.
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Hace algún tiempo que en este blog me he dedicado a hablar más de experiencias personales, de lo que pude vivir a raíz de que me detectaron cáncer, del tiempo […]
Escoger la vida es escoger a Jesús cada día, porque es en Él que somos hechos nuevos, en Él es que somos hechos completos, que somos plenos. Vivir el Reino […]
Alan Castillo 